jueves, 8 de septiembre de 2016

Caímos parados


La derrota de la selección colombiana de fútbol del pasado martes frente a su similar de Brasil en Manaos ha despertado en el país todo tipo de vilipendios, desacreditaciones y hasta insultos, algo apenas natural en un país de periodistas y aficionados resultadistas, donde asumimos que nuestra selección es la mejor del mundo cuando le ganamos a Venezuela de locales y a los cuatro días, la misma selección no sirve para nada y hay que echarlos a todos, porque perdimos contra el pentacampeón mundial a domicilio. A mi juicio ambas apreciaciones son desproporcionadas y distan de una posible realidad.
En dicho partido, la tricolor fue técnica y tácticamente superada por la que, a mi juicio, es la mejor versión de la verde-amarela de los últimos años. El despliegue físico de toda la plantilla, la recuperación de los laterales tradicionales de su fútbol, los aportes individuales y especialmente los niveles alcanzados por Casemiro y Neymar, llevaron a los locales a mantener el dominio durante todo el encuentro.
Por su parte, el combinado colombiano planteó de entrada una formación que daba ventajas en el medio campo y no se acomodaba a las características del rival.  La no inclusión de Cuadrado desde el inicio desequilibró la banda izquierda, por donde recurrentemente fue vulnerada. El grado de sacrificio de los atacantes cafeteros para colaborar en la marca no se acercaba al de sus rivales. Muriel por izquierda tuvo al comienzo una misión en la que no se veía cómodo y pudo lucir mejor cuando cambió de costado. Lo de Bacca en esta fecha FIFA es para el olvido; a sus múltiples desaciertos en Barranquilla se suma lo del segundo partido, donde no entró en contacto con el balón, no tuvo ni una oportunidad clara de anotar, descuidó su zona de marca en el primer gol y aportó poco en recuperación. Por último, James volvió a diluirse, estuvo poco claro con el balón en sus pies y no estuvo en su noche.
Capítulo aparte merece lo de Stefan Medina: posicionalmente y desde el inicio del juego quedó  en desventaja frente a Marcelo y Neymar por su zona, con poca colaboración de sus compañeros. El joven defensor se ha convertido en el saco de box de la prensa y las redes. Nuevamente fue el blanco de burlas y menoscabo. Medio país no le perdona el que sea de la cantera de Nacional y el que sea paisa. Todas las culpas se las endilgan, pasando por encima de un análisis justo. Observando los dos goles recibidos, en ambos les cabe mayor responsabilidad a otros.  Le maximizan los yerros y le minimizan los aciertos.  Pero que se le va a hacer, de esa materia mezquina estamos hechos, eso efectivamente somos, ¡queridos compatriotas!
Y a pesar de todo, la fecha de eliminatorias fue en conjunto favorable para la selección Colombia. Trascurrida la mitad de la eliminatoria estamos ubicados en la zona de clasificación directa. Los resultados obtenidos por los rivales amortiguaron la derrota cafetera. Y a decir verdad, una caída frente a Brasil de visitante no es un resultado inesperado y mucho menos catastrófico. El cuerpo técnico tendrá que hacer lectura de este partido y sacar el mayor beneficio para lo que se viene. Observo con optimismo lo que resta de esta clasificación a Rusia 2018. ¿Y ustedes?

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