miércoles, 13 de abril de 2016

Diagnóstico reservado

Imagen tomada de http://www.publimetro.co/

Los resultados, las cifras, los records, pueden actuar cómo cortinas de humo, nocivas para diagnosticar objetivamente el desempeño de un equipo. En Lima, Nacional ajustó cinco victorias consecutivas en el torneo, con el mérito adicional de anotar en dichos partidos doce veces y mantener su valla invicta.
Quien mira los números del verde y no los partidos puede pensar que se está frente al super-equipo de la libertadores versión 2016. No obstante, observando analíticamente el juego frente a Sporting Cristal se evidencian debilidades que, de no subsanarse, darán al traste con el anhelo que se tiene de salir campeón.
Resumamos las falencias en tres aspectos generales: estrategia, estructura y rendimientos individuales.
En lo primero, teniendo en cuenta que se tiene asegurada la clasificación a la siguiente ronda, se debe tener un planteamiento de juego más calmado.Tanto en defensa cómo en ataque los verdes se vieron sobre-revolucionados durante el encuentro, el equipo se contagió de la urgencia que tenía el rival y apuró cuando no debía, lo que generó imprecisión en los pases y en las marcas. Ahí faltó instrucción técnica y en la cancha un jugador líder que tomara la pelota, hablara duro y ordenara las acciones.
Respecto a la estructura, se vio un cuadro partido, inconexo entre defensa y ataque, desequilibrado. Sobraba al menos uno arriba y faltaba un apoyo en contención. Nacional cedió el balón y Cristal lo hizo ver mal.
Por último, el rendimiento individual de jugadores como Bocanegra, Ibargüen o Moreno no fue el mejor. La joven pareja de centrales delató inmadurez, y ni que hablar de un intermitente Macnelly o un limitadísimo Berrío. Los puntos altos estuvieron en Armani que mantiene un nivel superlativo, en el exuberante despliegue de Ibarbo y en un honesto Alejandro Guerra que dio todo su sudor tanto en recuperación cómo en creación.


Para cerrar, ¡cuánta falta hace Sebastián Pérez en la plantilla principal! el joven volante es la piedra angular a partir de la cual se edifica hoy por hoy el equipo, esperemos tenerlo de vuelta para los definitivos octavos de final.

martes, 12 de abril de 2016

Artículo recomendado

Les invitamos a leer el excelente artículo "Más que doce pasos", del profesor y periodista Elkin José Villa, publicado en el portal winsports.co.
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lunes, 11 de abril de 2016

Salgamos jugando...

imagen tomada de hsbnoticias.com
La identidad de los equipos de fútbol está asociada no sólo a unos colores, a unos jugadores o a, incluso, una ciudad o región. La filosofía de juego, las estrategias que históricamente hayan distinguido al equipo son elementos de mayor peso para consolidar esta identidad. Si pensamos en el juego defensivo de los italianos, la técnica de los brasileros, la garra de los charrúas o el fútbol total de holandeses y españoles, tendremos elementos para sustentar esta afirmación.
A nivel de clubes sucede algo similar. Particularmente para el Club Atlético Nacional podemos señalar como factores de identidad futbolística el buen trato del balón y el fútbol ofensivo. En este sentido, un distintivo que desde las direcciones técnicas se ha acuñado es el de salir jugando con el balón desde su propia área, evitando el pelotazo a cualquier lado. Esta forma de jugar tiene elementos positivos, tales cómo la estética del juego y el dominio del rival a través de la posesión de la pelota. Sin embargo, conlleva a su vez implicaciones que requieren ser consideradas.
La primera es el conocimiento que los rivales tienen de esta situación. A nivel local y ahora incluso en el ámbito continental, los demás equipos, sabedores de esta característica de juego, entienden que una estrategia efectiva para hacerle daño al verde es presionar su salida. En cada partido es usual tener un par de situaciones de riesgo por este motivo, e incluso, revisando muchos de los goles que recibe Nacional, podemos evidenciar que las jugadas han nacido por errores en defensa, al pretender salir jugando. Ya hemos visto al director técnico en ruedas de prensa posteriores a un partido, admitir abiertamente la responsabilidad de los goles recibidos, por la instrucción expresa de jugar de este modo, exonerando de culpa alguna a los jugadores. 
Una segunda consideración, es que para llevar a cabo esta idea de juego, es necesario contar con los intérpretes idóneos, esto es: defensas con velocidad física y mental, así como con las suficientes destrezas técnicas para lograrlo.  Delegar esta función a un Herníquez o a un Nájera, con sus evidentes limitaciones de manejo, es pedirle peras al olmo y jugar a la ruleta rusa.
Es plausible que en un fútbol cicatero y "resultadista" cómo el que vivimos hoy, todavía hayan equipos románticos, que decidan "salir jugando" desde su área. En este escenario y sin traicionar la impronta filosófica del equipo, una opción lógica es que los jugadores Y LOS TÉCNICOS atiendan al sentido común cuando la situación lo amerite, decidiendo que sacar balones a la línea evita correr riesgos innecesarios y le permite al equipo re ordenarse. Es necesario que se lean las situaciones de juego, y que hayan variantes cuando se detecte que el equipo contrario está presionando la salida. Por último, se vuelve pre-requisito el trabajo técnico en las divisiones inferiores para formar defensores sensibles con el balón y, así también, la contratación de defensas dúctiles, como condición para poder ser parte de este equipo.